UNA APORTACIÓN MÁS, QUE DA LUZ, AL POR QUÉ DE TRANSITAR EL CAMINO MÍSTICO…



Fragmento del Artículo de Julia Yúfera. Revista Isegoría –n° 53- Julio/Diciembre 2015.


“Mística y ética: desafíos para nuestro tiempo.
De la experiencia mística a la acción moral”

…todo místico, si es auténtico, experimenta una conversión, una verdadera transformación que, dicho sea de paso, no sólo pone en entredicho sus propias estructuras intrapsíquicas, sino también las sociales, educacionales, morales y religiosas. No olvidemos que muchos de ellos fueron perseguidos por el peligro que suponía su carácter subversivo hasta el punto que algunos llegaron a pagar con la muerte su nueva forma de vida…..Ante el panorama actual de crisis múltiple y poliédrica, donde el paradigma ético posmoderno parece venir representado por la figura del vagabundo y su desilusión, o, en el mejor de los casos, por el hedonismo y la superficialidad del turista (bauman, 2009, 250), y, donde la llamada posmodernidad no parece tener más salidas que la resignación nihilista, la reafirmación de la modernidad o la vuelta a la pre-modernidad (lyon, 1996), la mística puede ser un anclaje sólido donde agarrase, en contrapartida a la corriente de lo líquido o a las consecuencias de un pensamiento débil, aunque sólo en apariencia, y a las limitaciones no aparentes de su ética interpretativa consecuente (Vattimo, 1988, 167), o, todavía más, como alternativa a un pensamiento debilitado, no sólo en apariencia, por seguir apegado a sus únicas instancias analíticas y conceptuales (Panikkar, 1998, 76). Para ello, debería existir un cambio de paradigma y una radical transformación y renovación de las viejas estructuras tanto internas como externas, subjetivas y objetivas, individuales y colectivas. Tal vez la actual situación de evidente crisis del sujeto y los peligros que comporta explique la aparición de estudios que destacan la relación entre mística y humanismo (sancho, 2009, 6) por la inestimable aportación que podría suponer la vida mística a la causa de lo humano y de lo no humano.
Gracias Julia.

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